lunes, 15 de enero de 2018

Mother de Darren Aronofsky, comentario.

Este Sábado 20 de Enero a las 12 p.m.
Cantina Film Fest de El Ateneo Cine (Grupo de Estudio)
Rayón 302 centro,Cantina Garibaldi.
MOTHER / MADRE (2017)
DE DARREN ARONOFSKY.
Reseña : Luis Urrutia.
Nuestra madre tierra está enferma, la hemos enfermado los seres humanos, en caída libre en la era del post capitalismo, nos aferramos neciamente a fantasmas como la fama, o la idea de superioridad de nuestra especie, mientras el ambiente se nos revela de muchas formas, en su burbuja, una clase con capacidad de consumo, con aspiraciones de perpetuarse se refugian en el confort, en su privilegio de clase, sitiados, suspiran aliviados esperando que nada interrumpa ese sueño, esa caída libre que es llenar el tiempo con rutina y consumo, todos los días de su vida hasta el último segundo de aliento.
Isaac Asimov el escritor de ciencia ficción de culto dibujo un futuro tecnificado en sus novelas, pero también advirtió que con la comodidad y el tiempo libre que esto traería, vendría también un profundo vacío. Admitámoslo, hoy con el internet, los celulares, los aviones y todas las ventajas que la conectividad moderna nos pueda proveer, la gente no sabe qué hacer con su vida, ni con su tiempo, atrapados en formas que ya no corresponden inmediatez de los tiempos, la gente añora un viejo mundo el cual ya no existe en el contexto urbano, un mundo con un horizonte de futuro, un lugar habitable, en el que todavía exista el silencio, la reflexión, la privacidad, el espacio intimo.
Mother de Darren Aronofsky (2017) es una película que es también un signo ominoso de los tiempos, y es por esto que en su sofocante forma y relato, ha tomado por sorpresa a los cinéfilos de mentalidad débil e ideología prefabricada, un público que hoy está más preocupado por encontrar superhéroes que les resuelvan la vida, que en viajar al interior de si mismos y tratar al menos, de reconocer a sus fantasmas y demonios, que hay que decirlo son legiones. Tal vez o seguramente por esta razón, la última película del autor de Pi el orden del Caos y El cisne Negro, haya sido tan vituperada, rechazada y satanizada por algunos que gustan de un cine simétrico, higiénico y tranquilizador, otra parte de los cinéfilos harto de ver films bobalicones, al menos en lo que se le llama mainstream o circuito comercial, lo han celebrado., y es que Mother (Madre) no ofrece placebos existenciales y realizaciones de lirismo mal logrado a la Paolo Coelho, es un film descarnado que exhibe simbólica y alegóricamente la cruenta y sanguinaria realidad, y la filosofía del miedo que la sostiene.
Mother de Aronofsky que es sin duda de lo mejor que se produjo el año pasado en Holywood, un viaje a los infiernos, que en este caso como en la frase de Sartre “son los demás”, y también en la era del selfie y el narcisismo barato uno mismo, El matrimonio hipster interpretado por Javier Bardem y Jennifer Lawrence, dos actores que valen la pena en el árido panorama de caras y cuerpos de gym sin talento que es el Hollywood en la actualidad de hoy, Bardem esta increíble haciendo de un escritor en ciernes en busca un tema para su novela, y sobretodo popularidad, que es la droga preferida de los imbéciles en nuestros días, la talentosa Jennifer Lawrence no tiene miedo a protagonizar una serie de films diferentes y heterodoxos aunque ello signifique la antipatía de la curia de fans de chicas secretariales y gélidas como Emma Watson, es una actriz que no teme verse mal peinada o transpirando, ambos en su interpretación de ese matrimonio hipster insípido representan toda la herrumbre de una clase llena de aspiraciones mercadológicas, cuyo mayor temor es que les apaguen las luces y se les atasque el lavaplatos, ambos son bestias salvajes del mundo post capitalista.

Esta pareja ya tiene todo lo que cualquiera en este mundo de alarmas sísmicas, terrorismo, enfermedades de la piel, genocidio, violencia de género, y zonas libres de tabaco pudiera soñar: una casa linda victoriana con grandes ventanales en medio del campo, paz, privacidad y silencio, un lugar ideal para que sus futuros hijos, corran por la llanura, esperando solamente tomar la estafeta del confort, y seguir bebiendo el mana del éxito y la buena vida. Pero no. Este “sueño” y aquí utilizo esta palabra pues este film es un film de lógica onírica, de dulces sueños que son cortados por oscuras y afiladas pesadillas, se va a ver interrumpido por la intromisión de un fan incondicional, un huésped que es introducido en este reservorio por la necesidad de reconocimiento de el escritor, esta presencia abrirá una fisura en ese mundo ideal, que dejara entrar todo el horror del mundo. El film comienza en un tono realista y va evolucionando a un pandemonio, por allí aparecen actores extraordinarios que ya dábamos por muertos como Mitchelle Pfeiffer interpretando a una mujer madura y sensual, y oscura, al igual que un avejentado Ed Harris con una tos crónica, son exhumados brillantemente por Aronofsky en esta su ultima pesadilla fílmica. En estas decisiones de casting y en una realización y guión destacables es en donde el realizador muestra que es un verdadero artista, después de entregarnos en la primera media hora del film una historia mas o menos normal, pasa el resto del film a un relato completamente desaforado, en el que poco a poco nos vamos sumergiendo igual que la pareja de la historia, hasta perder la noción de qué es real y qué un mal sueño.






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