domingo, 7 de agosto de 2016



HACE   ALGUNOS   AÑOS  TUVE  LA  OPORTUNIDAD
DE  ENTREVISTAR A MARIO ALMADA ,
ESTA  ES  LA  ENTREVISTA OJALA  LES  GUSTE.

SIGO SIENDO MARIO ALMADA
Siete en la mira, Tunco Maclovio, Pistoleros Famosos, Cazador de asesinos son títulos de sus filmes. El  actor de 81 años ha participado en mas  trescientas películas (sin contar su producción en video)40 años de carrera en el cine lo han convertido en  un icono de la cultura popular y a sus películas en un tópico. En la vida real Mario Almada es todo lo contrario a su personaje fílmico: Pendenciero y violento, es un hombre accesible, amable y sin pretensiones, gente de cine que aprendió  su oficio empíricamente y tuvo éxito.

La entrevista se desarrolla en un conocido salón de juego de la ciudad de Cuernavaca, en donde se apuesta a carreras de caballos y perros, que se  transmiten desde los Estados Unidos por las pantallas que rodean todo el lugar.
 Almada viene a este lugar a matar el tiempo, lo prefiere a quedarse  en casa ‘tirado viendo la televisión’ como él mismo dice. No es un gran apostador, pero siempre le ha gustado jugar, sobretodo al póquer.
-´En Las Vegas  me reciben muy  bien, me espera una limosina, cuarto de hotel, como si fuera un gran apostador, pero solo apuesto de  a uno o dos  dólares, pero bueno, soy Mario Almada’.

La camioneta Dodge de Almada, un modelo de hace años, parecida a aquellas que conducía en sus  películas, está estacionada frente a la puerta. En la entrada unos sujetos fornidos, vestidos de negro, custodian  el acceso y cachean a todo el  que pasa por allí. Más tarde  me cuenta  que  los agentes de seguridad se le cuadran y escoltan como si fuera  un verdadero comandante de policía,  como en las películas.
Llegamos a un salón inmenso, rodeado  de  pantallas de televisión, la  alfombra  y los muebles  son rojos,  a esa  hora de la mañana la única  mesa  ocupada, es la de Mario Almada.

Por un momento pareciera que se desdibuja la frontera entre el cine y la realidad, si uno deja volar la imaginación, toda la situación de hecho, parecería sacada de una película de los Hermanos Almada, se diría que uno esta a punto de conocer al ‘jefe de jefes’.

 

ARTISTA RURAL

Mario Almada llega de  Sonora a la  ciudad de  México en los años  cuarenta, su padre lo trajo para trabajar en un club nocturno El Señorial, allí se presentaban espectáculos  como el de Nat King Cole, Sammy Davis Jr, Tropicana y otros, el lugar cerro.

Almada decidió regresar a Sonora en donde  había trabajado treinta  años  como agricultor. Su hermano Fernando, había tenido ya varias incursiones en el cine, lo invitó a participar detrás de cámara, en la producción. Almada era un gran cinéfilo, de niño sobretodo, dice que veía  hasta tres películas en un domingo.

 Su carrera como actor  comenzó por  azares del destino, asegura el entrevistado; cuando filmaban la película Los Jinetes de la la bruja, el protagonista sufrió un accidente (perdió una mano) y Almada  tuvo que entrar a remplazarlo, hizo de bandido, como profetizando el tipo de personajes que lo harían famoso.

Le gustó la actuación; poco después vino su primer estelar en Todo por Nada, el actor hacia su debut en el cine, con casi cuarenta años. Guarda  especial cariño por esta producción, en la que asegura que su experiencia viviendo en el campo aporto realismo a la caracterización.

 -‘Era un western en donde mi personaje usaba el látigo, el cual yo sabía manejar  muy bien, podía hacer el truco aquel de  apagar el cigarro de la boca de un latigazo; lo había aprendido en Sonora,  manejando carros de mulas, al animal se le pegaba  cerquita de las orejas  y se  jalaba la rienda, para que diera vuelta el carro.

‘Siempre andaba  a caballo, sabia usar el hacha y el cuchillo. Tenia la cara arrugada, venia del campo, eso me dio mucha fuerza en pantalla... Yo no sabia ni lo que era  una cámara, pero tenia el feeling, sentía los papeles que interpretaba, no hablaba como actor: “te voy a matar” (dice con una voz afectada, y después repite la frase con el estilo que lo hizo famoso) la gente en el cine pensó “este sí lo va  a matar”. Ese fue el inicio de mi carrera”.



SOY LEYENDA
Las películas del oeste y pistoleros tuvieron mucho éxito y esa fue la razón  para que hicieran tantas (en los buenos tiempos el actor llego a participar hasta en  seis producciones al año) Almada menciona algunas de sus favoritas como Siete en la mira, Cazador de asesinos, Pistoleros Famosos.
-‘Todos fueron taquillazos... A nosotros nos fue muy bien con las películas, por lo menos con las seis que son nuestras, siempre ganamos. Mira, el cine es blof, al productor le queda 18% de las entradas, de ese dinero tu tienes que pagar: lanzamiento, publicidad y copias, así  que, muchos siempre dicen que ganaron más. Allí tienes a Arau (Como Agua para Chocolate, Caminando en las Nubes) es para que tuviera mucho dinero y estuviera produciendo’ comenta el actor.
Pero no obstante la aceptación del publico, la critica especializada nunca  fue benigna con sus películas, mas bien todo lo contrario. Sin embargo el actor, productor y guionista, conoce bien a su publico.
-‘Nosotros llegábamos a meter en un cine como el Mariscala, al que le cabían 2500 gentes, cuatro funciones llenas, en un domingo. Un pueblo entero entraba a ver la película, tu veías las colas. En Estados Unidos el publico era la comunidad latina, esa era la gente que llenaba los cines; tengo mas popularidad allá, del otro lado... Como en aquella ocasión en Disneylandia, era un viaje  familiar y de pronto me vi rodeado de gente pidiéndome autógrafos, el Ratón Mickey y El Pato Donald volteaban a ver desconcertados, quien era  el que firmaba tantos autógrafos como ellos’.

 Almada comenta que siempre que pasan una película suya en la televisión (una buena aclara) al otro día todo el mundo lo saluda por la calle.  Son camioneros o trabajadores, sus admiradores, quienes lo perciben como el Jhon Wayne o el Clint Eastwood mexicano; Acepta la analogía con modestia.
Como toda estrella, el actor ha entablado una relación estrecha  con su publico, una suerte de complicidad, como si la realidad cinematográfica, fuera sencillamente ‘mejor’ que la vida misma. Como cuando  los encargados de seguridad de la puerta se le cuadran y lo escoltan.
 Lo mismo sucede en las películas, un Mario Almada autoreferencial,  interpretándose a sí mismo, aparece en el film Pueblo de Madera como un fantasma del cinematógrafo, materializándose en medio de un campo para batirse en duelo con un espectador.
Almada trabajo en docenas de películas de policías, polleros, narcotraficantes, pistoleros, venganzas y hasta extraterrestres, algunas memorables y otras  más prescindibles. Son películas de entretenimiento, si bien es cierto: llenas de estereotipos e ingenuas aventuras, además no pocas veces pésima factura, pero crearon una estética y posteriormente  fueron un genero en sí mismas.
 A distancia y por medio de su difusión en la televisión, nuevas generaciones han descubierto el cine de los Almada, convirtiendo los filmes en referencias obligadas y en objetos de culto para un grupo heterogéneo de fans. La gente identifica a los hermanos Almada como los tipos duros del cine mexicano.

SON LAS PANTALLAS LAS QUE SE HAN HECHO MÁS PEQUEÑAS
Contra lo que no pudieron las películas de pistoleros  y  narcotraficantes mexicano, fue con el cine de acción estadounidense y sus actores, como Sylvester Stallone, Bruce Willis o Schwartzneger, de algún modo el publico había perdido cierta inocencia y exigía otro tipo de películas, también  el boom de las video caseteras habían afectado la exhibición en cines. Para Mario Almada fue el fin de una época.
-‘Estas películas (Rambo, Duro de Matar) eran de acción también, diferentes, por que aquellas hacían alarde de producción y publicidad, aquí se  hacían con más cabeza, no con esos  costos, había mucho ingenio, llegábamos  ha hacer seis o siete películas al año’ recuerda el actor.
Una vez desaparecidos cines como El Carrusel, Ermita o Mariscala, dedicados exclusivamente a la exhibición de películas  mexicanas (estos se convirtieron en multicines, en el mejor de los casos, otros fueron transformados en estacionamientos o tiendas de electrodomésticos) El negocio completo cambio y el cine mexicano también.
  El mercado que tuvieron que  buscar las películas de los Almada y de otros personajes  como La India Maria, por ejemplo, se redujo al home video, películas pequeñas, para consumo domestico, que nunca eran estrenadas en una sala de cine y pasaban directamente al video y a veces a la televisión.
 -‘Es difícil vivir del cine, para el actor, el director, el técnico, el productor, no es fácil y ahora se vino abajo todo. En mis tiempos había respeto entre nosotros, actores, técnicos; al actor se le daba su lugar, lo atendían. Ahora  ya no te mandan a los buenos hoteles, es muy difícil, solo que vayas de Guadalajara  para arriba, pero ya no es aquello de antes.


 OTRO CINE, OTRO PUBLICO

Apabulladas por las producciones norteamericanas, las películas de género (aventuras, western, horror, infantiles) desaparecieron del panorama cinematográfico nacional.
En su lugar surgieron  nuevas películas  con temáticas crudas, urbanas, que buscaban  cierto realismo (Amores perros, Y tu mama también, Todo el Poder) y una concepción estética mas cercana a los valores de producción holywoodenses, que a los de la vieja guardia de productores del cine mexicano.
-‘La mente de la juventud  ahora es otra, le gusta  mas lo pornográfico, lo enredado, como las películas nuevas. Ví Amores Perros y me pareció una película muy bien echa, pero  esa en que se terminan besando tres muchachos al final (Y tu Mamá también) a mi no me parece’opina el actor.
Los Hermanos Almada producto de todo ese momento, también desaparecieron, al menos  como mancuerna actoral y fenómeno taquillero, cada uno comenzó a hacer películas por su lado, pues los productores consideraban que era muy caro juntar a la pareja.
LA ANÉCDOTA DE COLOSIO Y CARO QUINTERO
Fernando Almada casi se ha retirado del cine, vive en Guaymas y esta en la política, quiere ser diputado. No es la primera vez  que los hermanos estuvieron  de algún modo involucrados en la  política, durante  la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio, apoyarían a  su paisano, sonorense  como ellos.
-Al día siguiente del atentado en Lomas Taurinas, nos encontraríamos  con él, para  apoyarlo en  su  campaña, siendo un sonorense  como  nosotros; nos quedamos  con las  maletas  hechas, lo vi por la televisión, pero no lo podía creer’.
Durante  una de sus giras, en una  ocasión recibieron también, la invitación  del famoso narcotraficante  Caro Quintero, la declinaron, por falta de tiempo, pero así sucedió, relata el  actor.
EPILOGO
Mario Almada  ha continuado haciendo películas de pistoleros para el mercado de video y ahora dvd. A diferencia de otros actores de cine, no ha trabajado en la televisión, aunque no lo descarta.
-‘En mis tiempos la tele y el cine se contraponían, si eras de televisión la gente no iba  a verte al cine, no pagaba por irte a ver, por  que en la casa  te veían de gorra. Y eso paso con muchos actores como Enrique Lizalde, Silvia Pinal o  Mauricio Garcés; Se metieron a la televisión y allí se acabo el cine para ellos. No obstante, hay cosas pendientes por allí, tal vez podría interpretar a un comandante, un jefe, o también de abuelito de alguien, me salen bien los papeles tiernos, hice La jaula de oro, Por eso y Los Desarraigados, un drama que cuando la gente lo veía se echaba a llorar’.
La deferencia y respeto con que es tratado el actor por todos los empleados en el establecimiento en que se realiza  la entrevista, afirma el inmenso carisma de Mario Almada  como figura popular, indispensable al cine nacional.
Como un viejo pistolero del oeste, Almada responde cuando pregunto su edad: ‘81’ y agrega, despacio, como la sentencia de uno de sus personajes antes de ajusticiar a  alguien: ‘Pero sigo siendo Mario Almada’.

Entrevista  realizada   por  Luis  Urrutia.



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